Un solitario viejito
caminaba por veredas
cuando de pronto se topa
con los guachos en la sierra
Le preguntaba el teniente
sabemos que siembran hierba
y quiero que tú me digas
dónde van estas veredas
Lo bajaron al arroyo
y el viejito sin quejarse
soportó la calentada
porque no sabía rajarse
El teniente pensativo
les ordenaba a su gente
suelten al pobre viejillo
aunque yo sé que nos miente
Les contestó el viejesito
reflexionando en su mente
de mí nunca más sabrán
dónde trabaja esta gente
Las veredas en la sierra
no tienen fin ni destino
porque dicen que el teniente
jamás encontró el camino.