Estando en una cantina
se me arrimó una mesera
me dijo oye qué te pasa
por qué no cuentas tus penas
puedes tenerme confianza
que aquí yo soy la mesera
Con lágrimas en los ojos
llorando le contesté
vengo sufriendo una pena
como solo puede ser
mi mujer me ha traicionado
se burló de mi querer
Tomar toda la noche
hasta que amanceiera
sus ojos lloroso
retrasaron sus penas
a mí me pasa los mismo
me confensó la mesera
Eso que yo me di cuenta
que había sufrido lo mismo
le porpuse que me amara
ella me dio su cariño
y al cariciar su cuerpo
sellamos el compromiso
Pasaron varias semanas
lo pasamos de lo lindo
pero una vez que llegara
la encontré haciendo lo mismo
con otro me traicionaba
encontró otro cariño
Pero que suerte la mía
no lo puedo comprender
siempre que quiero una dama
hago me ha de suceder
yo ya he sufrido bastante
sólo dios sabe por qué.