Se ven huellas de un caballo
sobre la hierva mojada
y un hombre que lleva prisa
salió muy de madrugada
El potro apura su paso
ya cuando el sol se ocultaba
y atras quedo su ranchito
con su esposa sepultada
Ahí vivió muy dichoso
con su querida María
pero una noche llegó
y la encontró mal herida
y antes de morir le dijo
el nombre de un tal Mejía
Muchos lugares anduvo
ya la barba le crecía
y el caballo se cansaba
de caminar noche y día
En un pueblo de Sonora
allá encontró al tal Mejía
y en la ciudad de Obregón
imploraban por su vida
Cuentan los de la región
que lo mato cara a cara
y lo arrastró hasta la tumba
donde descansa su amada
luego se interno en la sierra
ya cumplida su venganza.
